La ley vínicola alemana de 1971 estableció que sólo se podían llamar bajo la denominación de sekt los espumosos que se hayan obtenido de vinos producidos en Alemania. Antiguamente esta misma palabra se utilizaba en este país para designar a los vinos dulces españoles.

El uso de la palabra sekt se debe a que en 1825, en una famosa taberna en Berlín, un señor de apellido Devrient pidió su trago de siempre utilizando una cita shakespeareana donde se mencionaba esta palabra. El uso de este vocablo se extendió luego muy rápidamente por todo el territorio germano para mencionar al vino espumoso.

Dependiendo si la segunda fermentación del vino se realiza en la botella o en los depósitos, se les denomina fermentación en botella o en bodega. La calidad la define el vino utilizado en su elaboración y no el proceso en sí.

Existen dos tipos:

Sekt o vino espumoso de calidad, el cual debe producirse por medio de una segunda fermentación, con 10% de alcohol como mínimo, 9 meses sobre la levadura y debe mostrar una presión de ácido carbónico de por lo menos 3 atmósferas a 20ºC.

Prädikatssekt, o sekt con predicado, deberá estar elaborado al menos en un 60% por vinos alemanes, cumplir con las exigencias del sekt de calidad y alcanzar entre 15 a 20 puntos. Los registros oficiales se pueden ver en la etiqueta de número de control.

Elijas el que elijas, debes tener en cuenta que por cada sorbo destilarán décadas de la más profunda tradición alemana. El fruto de la cultura germana y su pasión por la buena bebida.

Foto: Hawesko

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